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Amor, tusa, nostalgia y tequila

Amor, tusa, nostalgia y tequila Por: Melissa Hinestrosa Lozano @meli_hinestrosa Le he ganado poco a poco la batalla a la nostalgia, a los cuentos de princesas, a los sueños del corazón más que a los de la cabeza,

Amor, tusa, nostalgia y tequila

Por: Melissa Hinestrosa Lozano @meli_hinestrosa

Le he ganado poco a poco la batalla a la nostalgia, a los cuentos de princesas, a los sueños del corazón más que a los de la cabeza, he renunciado a buenos polvos, los he cambiado por la calma de hacer lo correcto mientras me sumerjo en el mundo del aburrimiento.

 

A pesar de lo anterior, debo admitir que definitivamente, me he sentido la superheroína de mi vida estos últimos meses. Si escribiera sobre tusa llenaría quizá tres páginas más, me haría falta un pote de helado o a estas alturas dos botellas de tequila (con limón). Sin embargo, sé que muchas personas deben estar en las mismas que yo y por esa razón escribo este texto.

 

Todo comenzó como muchas de las historias que sabemos van a complicarnos la vida: con un tipo que me encantaba, al que creía perfecto; 4 años de mi vida idealizando, excusando, culpando y pensando en un futuro juntos que quería sola porque el tipo en cuestión solo pensaba en videojuegos y mil cosas más que quizá eran muy distintas a la idea romántica futurista que tenía en mi cabeza.

 

El problema no era el tipo -aunque claramente si era un tonto- el problema era yo; simplemente yo, que había decidido depender del sentimiento que él me generaba como una droga silenciosa que poco a poco iba matando mi autoestima y que me frustraba cada día más, todos lo decían, todos lo advertían y en el fondo yo ya lo sabía, pero quizá el miedo a admitir que me había equivocado, a derrumbar las ilusiones que solita me hice y hasta el miedo a la soledad me hacían seguir ahí. Finalmente y gracias a Dios, el universo o en lo que usted crea, todo cambia y un día el límite que sentía, ya estaba al fondo, llegó y decidí alejarme de todo lo que me estaba haciendo daño.

Ahora, soltera, estaba muy tranquila pero llena de lo que viene después de una ruptura: la nostalgia: esa enemiga silenciosa que aparece solo para recordar lo bueno y suprimir lo que nos hizo daño tantos años; y es que parece que todo se pusiera de acuerdo para quebrantar nuestra fuerza de voluntad: una simple canción en la radio, alguien que hace mucho no ves preguntando por él, encontrar la camisa que dejó en tu closet hace meses e incluso verlo ‘taggeado’ en fotos por los amigos que aún tienes en común en redes.

 

Sí, suena terrible pero nada que el amor propio, la tranquilidad, el tequila y un buen polvo (opcional) no quiten. Por el contrario, la nostalgia la tomé como una aliada para cerrar los ciclos sanamente y perdonar y perdonarme por el tiempo vivido y perdido e hice lo que más me gustaba: escribir.

 

La nostalgia, la culpa y la intranquilidad la reemplacé por calma y paz: sentimientos que me había negado muchísimo tiempo y lo mejor sin mensajes, llamadas ni indirectas en Facebook.

 

Si usted está pasando por una tusa, nostalgia o cualquiera de esas fases o peor aún si estando acompañada se siente en duelo: salga de ahí; nada vale más que la tranquilidad y siempre viene algo mejor; empodérese de su vida que es suya y sólo usted puede escoger lo que quiere o no en ella y la mejor manera de ser feliz.

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